Según
el dr. William Bernet, profesor emérito de psiquiatría en la Escuela de
Medicina de la Universidad de Vanderbilt y uno de los propulsores de que el SAP
sea reconocido por el DSM V, el SAP sería un estado mental de un niño cuyos
padres están involucrados en un divorcio altamente conflictivo y es influido
fuertemente por uno de ellos rechazando relacionarse con el otro sin justificación
legítima.
Según el doctor Miguel
Lorente Acosta, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, «lo que
hace el SAP es evitar que se investigue cuáles pueden ser las verdaderas
razones para que los hijos e hijas muestren ese rechazo al padre».
El SAP cuenta con el apoyo de grupos de padres que han sido
alejados de sus hijos por causas judiciales y hacen «lobby» en las legislaturas
para que aprueben leyes que protejan a los progenitores restringiendo la labor
de los servicios de protección y asistencia de la infancia.
También lo defienden abogados que atienden casos de
divorcio, los cuales han reunido un cuerpo de literatura, argumentos
estandarizados y razonamientos en los que basan la defensa de estos padres
alejados de sus hijos.
En tercer lugar defienden la existencia del síndrome un
grupo de profesionales que trabajan como peritos de parte en casos de divorcios
controvertidos sosteniendo que los niños son manipulados por sus madres para
realizar o consentir falsas denuncias de abuso o maltrato.
El rechazo de un niño hacia su progenitor o la presencia de
conflicto entre los padres en casos de divorcio no le otorga categoría de
diagnóstico clínico al SAP y por ese motivo no es reconocido como un síndrome o
un trastorno entre las comunidades académicas médicas y jurídicas. Los
postulados de Richard Gardner y los estudios relacionados con ellos
han sido ampliamente criticados por los estudiosos de la salud mental y de las
leyes por carecer de validez científica y fiabilidad. Estos planteos sostienen
que el SAP pretende hacer pasar por investigación lo que es opinión poco
rigurosa.
Por otra parte, los partidarios de las postulaciones de Richard Gardner sostienen que existe un
desconocimiento por parte de los terapeutas y falta de recursos de los
profesionales para tratar el problema de forma adecuada.
También reclaman un endurecimiento de las leyes y solicitan
que alejen de sus hijos y encarcelen a aquellas madres que no permitan al padre
tener contacto con los mismos.
En su página web la APA, American Psychological Association
o Asociación Estadounidense de
Psicología hace una declaración
oficial oponiéndose al SAP, expresando los peligros de descreer de los niños
abusados y criticando a la corte cuando no los escuchan. Aseguran que los
estudios empíricos demuestran que no existe tal incremento de acusaciones
falsas durante los divorcios.
Hasta el momento Brasil es el único país que reconoce, regula
y condena el SAP.
En
el resto de los países, excepto casos aislados de jueces concretos, en el
ámbito judicial el SAP es rechazado como argumento de prueba pericial en los
juzgados de familia.
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