martes, 7 de enero de 2014

El divorcio de los padres

El divorcio no es un proceso fácil para nadie, pena, frustración, discusiones y una infinidad de sentimientos que invaden a la pareja que se disuelve, pero ¿qué pasa con los hijos?

 

Muchas veces son los más afectados y los padres no saben cómo ayudarlos a enfrentar esta nueva vida.

Acá, se entregan una serie de consejos entregados por la Psicóloga Infanto Juvenil del Hospital Militar de Santiago, Eugenia Lavado Valdés:

Cuando los padres están separados, es de suma importancia mantener la estabilidad emocional en los niños; y una de las formas de lograrlo es tener los límites claros y actuar en forma consistente en ambas casos (padre y madre), así como:
  1. Se debe realizar una conversación con ellos explicándoles los motivos de la separación, en la cual ambos le dejarán claro que el matrimonio se disolvió y que ellos no tuvieron nada que ver en la decisión, así como, que no fueron la causa del rompimiento. Se les debe aclarar que ellos nada podrían haber hecho para evitarlo. De esta forma, pueden liberarlos de culpas y no crearles falsas expectativas de que ellos podrán lograr una reconciliación.
  2. Es de suma importancia NO estimular las fantasías que ellos (los padres como pareja) volverán, ya que estas se verán frustradas generando mucha rabia y una doble pérdida, con la posterior inestabilidad emocional y trastorno conductual.
  3. Enfatizarles que ambos siguen siendo sus padres y que cuando ellos nacieron se amaban (como pareja) y como padres los amaron al nacer, y que hoy y por siempre los seguirán amando, ya que son sus hijos.
  4. No triangularlos, ni hacerles sentir que deben escoger entre uno de los dos o tomar partido con uno u otro en las distintas decisiones. No hacerlos sentir culpables cuando deciden realizar una actividad distinta a estar con algunos de sus padres (por ejemplo ir donde un amigo(a), jugar ó dormir).


Es importante recordar que el hecho de que los padres se vean y conversen amigablemente, es bueno para los niños, ya que genera:
  • Seguridad, estabilidad emocional y la sensación que aún cuentan con sus padres.
  • Serán niños más felices y espontáneos socialmente.
  • Si hay mayor flexibilidad en los regímenes de visita y comparten las actividades e intereses de los niños por igual, los niños serán más beneficiados.
  • El compartir con ambos padres el éxito y fracaso (académicos y sociales), de cada uno de los niños, afianza los lazos de confianza y apoyo a nivel personal.
  • Si se logra tener mayor consistencia, acuerdo y apoyo entre los padres, en cuanto a las normas, deberes y responsabilidades, estando estas definidas en acuerdo y con anticipación, dará más seguridad y estabilidad para los niños.
  • Es de vital importancia para la identificación sexual de los niños, que compartan con su padre o madre, según sea él caso, de tal forma que puedan hablar temas propios del mundo de la sexualidad, relaciones de pareja e intereses comunes según el sexo de cada niño.
  • Es fundamental fortalecer la relación con la familia extensa de ambos padres, de tal forma de afianzar sus raíces familiares (abuelos, tíos y primos).
  • Es vital compartir la responsabilidad en cuanto a sus deberes escolares (tareas, reuniones, entrevistas con profesora, etc.) entre ambos padres.
  • Para que estos beneficios no se vean mermados en calidad o cantidad, es de gran importancia:
  • Mantener los espacios de tiempo limitados y definidos con cada uno de sus padres, en actividades exclusivas con cada niño.
  • Que en cada casa (madre y padre), los niños tengan su espacio físico concreto, con su cama, juguetes e incluso grupo de amigos, de tal forma que siempre exista la certeza y seguridad de que continúan teniendo un lugar físico en la vida de sus padres, aunque ellos estén separados. Una motivación “extra de entretención” para estar con cada uno de sus padres,así tienen una vida social más amplia, en casa de su padre y madre.
  • NO pueden transgredirse los límites definidos como “Padres Separados”, esto significa: los Padres no deberían quedarse a dormir en la casa de uno o del otro, no debieran ir de vacaciones juntos, no hacer planes futuros en conjuntos, ya que todo lo anterior sólo perjudicaría a los niños, (en una primera instancia), ya que ellos traerían la ilusión de volver a estar juntos como familia, situación que provocaría fantasías, las cuales no se cumplirían posteriormente.
  • NO se debe involucrar a los niños en las discusiones de dinero, tenerlos de mensajeros, espía o informante. Esto los hace sentir muy culpables con el otro padre.
  • NO prometer cosas que no se realizaran (regalos, salidas, promesas futuras). Esto genera gran desconfianza, frustración e inseguridad en los niños.
  • En cuanto a las futuras parejas de los padres, es deseable que estas le sean presentadas una vez que la relación este bien consolidada y en un proceso paulatino (por un período no menor a un año, después de la separación de los padres), de tal forma que ellos no la sientan como una “amenaza” de dejarlos sin padre o madre.
  • Evitar todo tipo de descalificaciones o agresiones entre los padres, ya que esto invalida al otro, dejando al niño con sólo un padre, con el correspondiente dolor que ello significa.
  • Recordar en todo momento que nuestros niños sólo tienen ese padre ó madre que cada uno eligió como pareja, no hay otros, por lo tanto, es fundamental llevar una relación:
    • Armónica
    • De respeto.
    • Clara y consistente frente a los niños.

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