viernes, 31 de enero de 2014

Pautas de ayuda para progenitores alienados

-Recuérdele las fechas importantes: Hágales saber a su(s) hijo(s) que Ud. se ha acordado del día de su cumpleaños; de la navidad; del día del niño; del padre; de la madre; del santo u otro. Para los niños, es muy importante el saber que el otro progenitor SI los quiere. Esta es una buena manera de mantener vínculos. Incluso si Ud. No sabe de sus hijos, hágales saber que está vivo. No desaparezca. Hágalo aunque crea que no los recibe.
 
-Puede realizar un video o grabación dando a conocer los motivos o las causas de porqué Ud. no está con su(s) hijo(s) aunque no tenga cómo hacerla llegar; puede guardarla para cuando su (s) hijo(s) sea(n) adulto(s). En este punto es importante el considerar la edad de los niños; si son muy pequeños, es decir menores de 12 años aproximadamente, puede no ser conveniente hacer llegar un video o cinta; esto hay que evaluarlo dependiendo de cada caso en particular. Lo importante es que lo puede guardar para que lo vea(n) en el futuro y tengan la certeza que Ud. No lo(s) olvidó. En este punto es importante no hablar mal del padre o madre custodio, sino solamente dejarles ver cuánto lo quieren, recordándoles cómo eran cuando guaguas o de algunos sucesos importantes como paseos entretenidos u otros que Ud. solo conoce y que sabe, su (s) hijo(s) se van a recordar.

-De nada le sirve los sentimientos de culpa por alguna cosa o situación que Ud. considere negativa; esto no hace sino aumentar su desolación y le impide la cicatrización de su herida emocional. Aunque Ud. no vea a sus hijos, igual tiene que seguir con su vida, y quizás, con su nueva familia.

-No deje de entregar su pensión alimenticia. Aunque sea comprensible su rabia, y a pesar de su dolor, Ud. tiene una responsabilidad moral y jurídica para ayudar a mantener a su(s) hijo(s), ya que con ello sólo logra meterse más aún en problemas con Tribunales. Recuerde que es por el bienestar de su(s) hijo(s).

-Hay muchos ejemplos de niños alienados, que ya de adultos, buscan la reunificación con el padre alejado, no se deprima, su caso puede ser uno de estos.

-Debe idear una técnica diferente a la del alienador, de modo de no sumarse a este tipo de maltrato. Intente identificar – solo Ud. puede hacerlo- en forma muy inteligente una manera indirecta de tener contacto con sus hijo(as), que puede ser alguna persona que se encuentre relacionado con ellos(as). Aquí Ud. es el único que puede saber cómo hacerlo, ya que todos los casos son distintos, y en este sentido, tiene que usar su sentido común. Para esto puede conversar con alguna persona cercana a Ud. que conozca bien a la familia, ya que le podría indicar directrices a seguir. Puede por ejemplo; intentar participar en las actividades escolares de su(s) hijos(as), o teniendo algún tipo de contacto con los amigos de ellos y/o sus padres. Podría también tratar de desarrollar un papel activo en un grupo de autoayuda, ya que al ayudar a los demás, se comparten experiencias que son de mucha utilidad. Al hacer algo, le entrega una sensación interna de control, lo que podría ayudar a sobrellevar la sensación de impotencia interna.

-Acceda a artículos y casos relacionados con SAP de modo de obtener conocimiento acerca de ello. El acceder a información tanto del modus operandi de Tribunales como del proceso en sí, disminuye la tensión interna y el stress. Además esto le entregará una visión de cómo van ocurriendo algunos patrones y se verá en la posibilidad de ir prediciendo futuros sucesos e ir preparándose en cómo enfrentarlos.

-Trate de controlar sus emociones, de modo de no enganchar en una escalada progresiva de violencias mutuas con la madre o padre de su(s) hijo(as). Aunque el otro SI lo haga. Para que haya una pelea, se necesitan de dos personas: Una que la inicie y la otra que lo recepciona y reaccione.

-Busque redes de apoyo social: Los amigos son una excelente alternativa para tratar de aumentar los niveles de placer, de modo que sean resortes amortiguadores contra los sentimientos de tensión y malestar.

-La mejor manera de superar la alienación parental, es continuar siendo el mejor padre o madre que saber ser. Tenemos que utilizar lo que tenemos de tiempo con los niños de manera positiva y constructiva y es la mejor forma de demostrar que somos maduros, responsables y amantes de los hijo(s). Indiscutiblemente, este enfoque exige que tengamos acceso frecuente a nuestros hijos y, en caso de que falte, debemos trabajar para corregir ese problema, pero de manera inteligente.

-Si Ud. Escucha a su hijo(as) diciéndoles ¡Te odio! es muy probable que le rompa el corazón; no obstante; les quiero explicar que esta palabra hay que colocarla en su adecuada perspectiva: El odio no es lo contrario del amor; lo contrario del amor es la indiferencia, ya que la frase ¡Te odio! Podría bien significar que aún se encuentra muy involucrado emocionalmente con Ud.

-Si está en un caso en que no tiene una relación directa y regular con su(s) hijo(s) , reconozca que lo(s) ha perdido en el corto plazo, pero abóquese al largo plazo, sabiendo que esto le llevará tiempo, paciencia y perseverancia, siempre buscando: "la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar; el coraje para cambiar las cosas que puedo ;y la sabiduría para saber la diferencia ".

-Encárguese de que las personas que están llevando a cabo su caso, como lo son Abogados, Consejeros Técnicos, Peritos y Jueces; es decir; Tribunales en general, conozcan lo que es un Síndrome de Alienación Parental y las consecuencias que tienen para los niños. Para ello puede archivar una carpeta anexa sobre el tema y un pequeño resumen, de modo que permita a la persona que lo va a leer el poder conocer - en poco tiempo - lo que es un SAP. Recuerde que las personas que trabajan en Tribunales tienen poco tiempo para leer su causa y necesitan ayuda para poder tomar una sana decisión, basada en el interés superior del niño, niña o adolescente.

-Encárguese de expandir el tema en su comuna, región u otro, ayudando a colaborar, en conjunto con personas capacitadas, idóneas y responsables a idear un plan de capacitación de modo que funcione como una estrategia de educación a la comunidad en relación a lo que es un SAP. Con pequeñas actividades Ud. puede ir difundiendo el tema; hacerlo conocido; y colaborar con las demás personas que están bajo su misma situación.

-En este sentido, estamos realizando una estrategia de capacitación dirigida a la comunidad de modo de dar a conocer el concepto y entregar las herramientas a los actores jurídicos y equipos de salud, de modo de tratar esta problemática y detectarla a tiempo.(prevención)

-Finalmente, anexo la publicación de un autor que ha trabajado mucho en el tema de SAP:

Los padres que han tenido éxito...
Han seguido cursos para ser padres superiores a la media.
Eran atemperados y controlaban sus emociones.
No han abandonado nunca la lucha, a pesar de las ganas y del desánimo.
Querían (y eran capaces de) encargarse de los gastos necesarios.
Tenían un abogado que conocía el síndrome y se habían puesto al corriente de las leyes y del funcionamiento de los tribunales.
Han pedido un estudio experto medicolegal, que ha diagnosticado el SAP y ha recomendado el cambio de tenencia.
Tenían un plan de acción para la educación de los hijos y han mostrado que eran racionales y razonables.
Han buscado la paz y las soluciones antes que la confrontación, apiadándose del mal que se ha hecho.
Han guardado un diario de lo sucedido, útil para convencer el tribunal.
Han respetado siempre los derechos de visita a pesar de que los hijos no se presentaran, de manera de ser capaces de demostrar que lo han intentado, contrariamente a lo que el otro dice.
Durante las visitas de los hijos, no han pensado más que en divertirse, y no les han enseñado nunca jamás las sentencias u otros documentos sensibles.
Han respetado siempre la ley al pie de la letra (han pagado siempre la cuota alimentaria p.e.).
Era siempre gente decente, tenían principios y amaban a sus hijos.

“Esto ha sido creado por la 
Psicóloga Perito Verónica Gómez R. el cual es producto de una serie de compilaciones escritas por varios autores extranjeros en el tema, el cual fue redactado y resumido de una manera más didáctica para ayudar a aquellas personas que se encuentran sufriendo de SAP".
 
Psicóloga Perito
Magíster (c) en Intervención Psicojurídica y Forense



jueves, 30 de enero de 2014

Reflexiones de un Juez de Familia

Acabo de llegar del primer Congreso internacional que se ha celebrado en León sobre el SAP (síndrome de alienación parental) y he visto y oído el sufrimiento de una hija de unos 20 años y un padre que por causas ajenas a su voluntad se han visto obligados, respectivamente, a no poder estar y relacionarse con su padre o con sus hijos. También he convivido con varios progenitores (padres y madres) que son también testimonio personal de ese sufrimiento; y con numerosos abogados, psicólogos y algunos (pocos) jueces que no están de acuerdo con esas situaciones y están poniendo de su parte no sólo su trabajo, sino también su tiempo libre, su ilusión y esfuerzo para que estas situaciones empiecen a disminuir, hasta que no exista ningún niño/a que no pueda ver y estar con su padre y con su madre; con independencia de que convivan, estén separados o divorciados.

Realmente han sido sólo dos días, pero me han dejado una profunda huella y me han llevado a intentar hacer estas breves reflexiones en voz alta.

Sentado ante mi ordenador, me doy cuenta que mire a un lado o a otro, escuche una cadena u otra de la televisión, lea un periódico cualquiera o hable con cualquier persona, lo cierto es que en la letra, la imagen o en la voz, sí está presente, por desgracia, la idea del maltrato.

Tengo 49 años y, realmente, no recuerdo que mi infancia ni la de otros niños de mi entorno haya transcurrido en un ambiente de maltrato total como parece reflejar y vivir la sociedad actual.

¿Qué hemos hecho? ¿Qué vamos a dejar a nuestros hijos? La situación laboral y económica la tienen cruda, y realmente su arreglo depende de múltiples factores nacionales e internacionales, políticos, macroeconómicos... Pero la situación personal y social que les podemos dejar sólo depende de nosotros, las personas adultas con quienes que conviven y a quienes ven a diario. Así nos comportamos nosotros, así se comportarán ellos.
Sabiendo que soy juez, seguro que el que esté leyendo este artículo piensa que cuando hablo de maltrato me estoy refiriendo a la violencia de género contra la mujer; pues no. Ese maltrato al que me refiero tiene múltiples manifestaciones y, por desgracia, siempre afecta directa o indirectamente a nuestros hijos/as. Estas manifestaciones de maltrato la tenemos en: las agresiones físicas y psíquicas del esposo a la esposa o del hombre hacia la mujer; las agresiones físicas y psíquicas de la esposa al esposo o del hombre a la mujer, porque «haberlas haylas»; las del hombre al hombre o de la mujer a la mujer, parejas o matrimonios del mismo sexo; las de los progenitores a los hijos y de los hijos a los progenitores; las del alumnado al profesorado y del profesorado al alumnado; las que ocurren entre niños; las que afectan a nuestros mayores, los abuelos, esa llamada tercera edad (que tanto nos ha dado y poco están recibiendo a cambio); las que ocurren entre los vecinos; las de los jóvenes hacia los mendigos...

Y me pregunto: ¿a qué se debe esta situación desquiciante? Tal vez sea a que entre los políticos, los legisladores y los progenitores nos hemos cargado tres principios fundamentales en nuestro ordenamiento jurídico que son, o deben ser, pilares en una sociedad democrática, justa y equitativa. Principios que son: «todos somos iguales», la «presunción de inocencia» y «actuar siempre en interés del menor».

Y me sigo preguntando si puede una sociedad: permitir que una persona, simplemente por que sea denunciada por otra, tenga que dormir uno, dos o tres días en Comisaría; permitir que por una simple denuncia un progenitor sea sacado de su casa y alejado por tiempo indefinido de sus hijos; permitir que por una simple denuncia unos niños/as dejen de ver a uno de sus progenitores y al resto de la familia paterna o materna; permitir que cuando una pareja deja de convivir, sus hijos tengan que elegir entre uno u otro progenitor; permitir que cuando hay una separación o un divorcio, los hijos que están conviviendo a diario con papá o mamá, de un hoy para mañana se tengan que conformar con ir de visita unos pocos días al mes a casa de papá o mamá; permitir que nuestros hijos/as crezcan convencidos que se puede denunciar unos hechos falsos, pues no ocurre nada; permitir que nuestros hijos/as crezcan creyendo que es más grave la bofetada que da un niño a una niña que la que puede dar una niña a un niño; permitir que en un procesos judicial, separación o divorcio, donde se está discutiendo cómo va a ser la vida de los hijos/as hasta su mayoría de edad, nadie defienda y proteja realmente los derechos e intereses de estos menores; permitir que en estos procesos de separación o divorcio, los hijos, que son personas como nosotros, los adultos, no sean vistos como sujetos de derechos, sino más bien como una herramienta para conseguir algo: dinero, vivienda, tranquilidad, hacer daño...; permitir que sean los niños/as quienes manden en casa y sean ellos quienes fijen qué se hace o cómo se hacen las cosas; permitir que los niños fijen las reglas de conducta en los centros escolares, sean los que decidan si quieren ir a clase o no, los que tengan la autoridad en dichos centros; permitir que los valores sociales como esfuerzo, amistad, coherencia, respeto, convivencia, libertad, tengan que ceder, por culpa de ciertos energúmenos o ineptos, ante disvalores como: libertinaje, abuso, insolidaridad, la ley del más fuerte, no esfuerzo...

Basta ya. Creo que ha llegado el momento de que entre todos arrimemos el hombro y que la Administración (local, autonómica y estatal) aporte los medios necesarios para que realmente demos un giro de 180º y consigamos volver a vivir bajo el amparo de ese principio fundamental que es «el interés del menor ». Para lo cual demos restaurar el principio de igualdad y el principio de presunción de inocencia. El maltrato, sea físico o psíquico, que realmente existe, debe ser castigado con la máxima dureza posible. Pero, ojo, sin mirar quién es el maltratador. El castigo debe fijarse en función de la gravedad del maltrato.

Pero más importante que castigar ese maltrato es prevenir que ocurra; y para ello es inevitable que todos los profesionales que intervenimos en estos procesos eduquemos a nuestros hijos/as en la libertad, respeto e igualdad absoluta; educación que demos hacer en casa, en los colegios, en la televisión y en el resto de los ambientes por donde se mueven estos pequeños monstruos a los que tanto queremos papá y mamá. Juntos podemos.


Ángel Luis Campo: Juez de Familia comprometido con su profesión.


Fuente: LexFamily.es

Hola mama. Hola papa...

Hola Papa (*)...
Hola Mama (*)...
No discutáis mas por mi. Yo os quiero y os necesito a los dos.
(*) no me mientas.

Y tampoco cuentes esas cosas tan malas, que (*) no me ha hecho nunca.

…Yo no se que hacer… no se que está pasando… estoy muy asustado…

... Por favor, no lo hagas más. No me destruyas. Por que eso es lo que haces con esas mentiras.

Antes… vosotros siempre me decíais que no había que mentir. ¿Ahora? ¿Qué ha cambiado ahora? ¿Por qué ahora si puedo hacerlo? ¿Por qué me pides tú (*) que lo haga? …. Yo….. Yo no quiero hablar mal sobre ti ni sobre el/ella. Sois lo que más quiero, lo mas importante de mi vida. Y ahora me estás pidiendo llorando ó engañándome, u obligándome con amenazas o chantajes, que te ayude. Por que dices que el/ella es peligroso/a para ti y para mi. ¿Pero por que lo es? ¡Si nunca me hizo mal! ¡¿Pero es que no te das cuenta, de que soy solo un niño?!… Vuestro niño…. El niño de los dos… De mis queridos papa y mama.

…Yo… no estoy preparado para perder tú amor hacia mi, ni para que tú me rechaces, llores o te enfades conmigo, por que yo no haga lo que tú me pides… (eso tan malo que tengo que hacer o decir). …Pero es que ¡no quiero hacerlo! ¡por favor, no quiero hacerlo!. Por que tampoco estoy preparado para vivir sin mi (*). ¿Por qué quieres que ocurra eso?
... Ya sé, que me has dicho que si no lo hago, alomejor no volveré a verte. O que va a ocurrir algo terrible... Y yo te creo, por que eres mi (*)....

…Por eso seguiré adelante con lo que me pides… aunque vea llorar y sufrir mucho a mi (*)... Pero como sé, que me quiere tanto como tú... Siempre estará ahí, esperándome... y me perdonará (aunque yo no me perdone), y que a mi (*), que como a ti, es a quien más quiero yo en el mundo…. No la/e voy a perder nunca…

...¿Creo...? que será así, por que el/ella no me está pidiendo las mismas cosas que tú. Simplemente, me ha seguido demostrando el mismo amor y cariño que siempre.. como antes… Sin pedirme o quitarme nada a cambio…

...Papa. Mama. Tampoco soy responsable de que vosotros ya no queráis vivir juntos, ni de vuestras diferencias… y me destroza el corazón sentirme el culpable de vuestras peleas... Pienso que todo lo que está pasando es por mi culpa... Vosotros discutís, gritáis mucho y os miráis muy mal. Ultimamente siempre estáis muy enfadados..., y se que es por mi...

...Me duele mucho intentar comprender, que mis papis y yo, ya no volveremos a vivir en nuestra casa juntos… y además, tendré que vivir en mi mundo roto, con esas mentiras…

...A veces… pienso que estaría mejor muerto… Así no tendría que pasar por esto… Ni hacer daño a las personas que quiero…

Por favor, no te enfades demasiado conmigo por estas palabras (*)...
Tu hijo/a

Este escrito, va dirigido a los progenitore/as que no quieren a sus hijos. Aunque presumen de ello a "bombo y platillo" allá por donde van. Destrozando con su rencor y su rabia, la vida de esos niños, su padre o madre alienado/a, y la de la familia extensa (abuelo/as, tio/as, primo/as.. etc.), del mismo.

Estos progenitores son los ALIENADORE/AS.

María

miércoles, 29 de enero de 2014

Rescatan a un hombre que fue secuestrado por una ninfómana.

La Policía tuvo que rescatar a un artesano de 43 años que fue secuestrado en la casa de una mujer que le obligó durante un día entero a tener sexo.



Tuvo que intervenir la Policía de Munich para poner fin a la que prometía ser una placentera aventura pero que se transformó en un secuestro sexual.

El hombre, un artesano de 43 años, había conocido a una mujer de 47 años en un bar y de allí decidieron irse a la casa de la insaciable secuestradora para tener una larga noche de sexo.

Sin embargo, este alemán, exhausto después de un día de lujuria y pasión, decidió que era el momento de abandonar la casa de la mujer, idea que no pareció gustarle mucho a la recién conocida amante, quien le impedía dejar el apartamento.


Finalmente, el artesano se refugió en el balcón donde pudo llamar al las fuerzas del orden con su teléfono móvil. Ahora la señora de 47 años tendrá que responder ante las acusaciones de secuestro sexual.


EL ESPECTRO DEL SINDROME DE ALIENACION PARENTAL

Según Gardner, el PAS es una perturbación en el niño que, en el contexto del divorcio, es inducido a desaprobación y crítica de un progenitor, denigración que es injustificada o/y exagerada. Gardner considera que el PAS nace primariamente de una combinación de influencia parental y de las contribuciones activas del propio niño a la campaña de denigración, factores que pueden reforzarse mutualmente. Gardner distingue entre Síndrome de Alienación Parenta,l y el término "Alienación Parental". Hay un gran elenco de causas de alienación parental, incluyendo el abuso parental de buena fe y/o negligente, así como déficits significativos en un padre rechazado que pueden no alcanzar el grado de abuso. Desde la perspectiva de Gardner, el diagnóstico de PAS sólo resulta aplicable cuando el abuso, la negligencia y otras conductas llevadas a cabo por el padre alienado que puedieran justificar razonablemente la alienación sean relativamente mínimas. Por tanto, Gardner concibe el PAS como una subcategoría especializada de la alienación parental genérica. Desde que introdujo el concepto de PAS en 1985, Gardner ha escrito dos libros sobre la materia (15 y 16), e incluido un capítulo sobre el PAS en su libro titulado "Evaluación Familiar en la Mediación, Arbitraje y Litigios por la Custodia del Niño (17).

Dependiendo de la severidad del PAS, un niño puede exhibir todos o unos cuantos de los siguientes comportamientos. Es la acumulación de estos síntomas lo que inclina a Gardner a considerarlos un síndrome:
  • El niño está alineado con el progenitor alienador en una campaña de denigración contra el progenitor objeto, en la que el niño contribuye activamente.
  • Las razones alegadas para justificar el desacreditar al padre objeto son a menudo débiles, frívolas o absurdas.
  • La animadversión hacia el padre rechazado carece de la ambivalencia normal en las relaciones humanas.
  • El niño afirma que la decisión de rechazar al padre objeto es exclusivamente propia, lo que Gardner llama el fenómeno del "pensador independiente".
  • El niño apoya reflexivamente al progenitor con cuya causa está alineado.
  • El niño expresa desprecio sin culpa por los sentimientos del padre objeto u odiado.
  • Se evidencian escenarios prestados, por ejemplo, las afirmaciones del niño reflejan temas y terminologías propias del progenitor alienador.
  • La animosidad se extiende a la familia ampliamente y a quienes se asocia con el padre odiado.


En la experiencia de Gardner, obtenida tanto por la práctica clínica como por la investigación publicada (revisada más adelante), las madres son más frecuentemente adictas al PAS, sobre todo del que Clawar y Rivlin equiparan al secuestro psicológico (7) Cuando quiera que el PAS coincide con la abducción física, son los padres los más frecuentes adictos, como señala Huntington (18). Gardner reconoce que también los padres pueden suscitar PAS y muestra ejemplos en sus libros. Por consistencia y simplicidad, él se refiere con "madre" al progenitor que aliena, y "padre" al progenitor objeto del PAS.
Según Gardner, el componente de lavado de cerebro en el PAS puede ser más o menos consciente de parte del progenitor que "programa" al hijo, y puede ser sistemático o sutil. La contribuciones activas del niño a la campaña de denigración pueden ayudar a crear y mantener un flujo de refuerzo mútuo entre el niño programado y el progenitor que le programa. Pese a las contribuciones del hijo, Gardner contempla al padre alientante como el adulto responsable que crea o trasmite un conjunto negativo de creencias respecto al progenitor objeto. Las experiencias cariñosas del niño con el padre objeto en el pasado son reemplazadas por una nueva realidad, el escenario negativo trasmitido por el progenitor programador y compartido por el niño, que justifica su rechazo del padre alienado. A la luz de estas observaciones, Gardner previno de que las afirmaciones de los niños en los casos de divorcio/custodia que versaran sobre el rechazo a uno de los progenitores no deberían tomarse en consideración literalmente, sino evaluados por el filtro de las dinámicas del PAS. De acuerdo con la psicóloga Mary Lund, esta introspección es una de las contribuciones más imporatntes de Gardner, porque alertó al sistema legal, a los padres y a los profesionales de la salud mental que tratan con divorcios de una importante eventualidad que podría tener efectos desastrosos si se deja pasar desapercibida. (19)

Gardner subraya la importancia de distinguir entre PAS leve, moderado y agudo en la determinación de qué medidas legales y terapéuticas son de aplicación. En los casos leves, existe alguna programación parental, pero el régimen de visitas no resulta seriamente afectado y el niño consigue adaptarse a las transiciones sin excesiva dificultad. El niño mantiene una relación sana con el progenitor programador y normalmente participa en la campaña de denigración para mantener el vínculo emocional primario con el progenitor preferido, por regla general la madre. El PAS de estas caracterísiticas puede normalmente verse atenuado cuando los tribunales confirman la custodia del progenitor preferido o primario.

En los casos de PAS moderado existe una programación parental considerable, con interferencias significativas en el régimen de visitas. El niño a menudo experimenta dificultades en la transición de una casa a otra, pero eventualmente consigue calmarse y se involucra benevolentemente con el progenitor con el que convive en cada momento. El vínculo entre el progenitor alienador y el hijo es aún razonablemente sano, a pesar de su convicción compartida de que el progenitor objeto es de alguna manera despreciable. A este nivel se requiere una intervención legal más fuerte, y un perito terapeuta especializado en PAS resulta muy recomendable para organizar las visitas, oficiar profesionalmente en el momento de las transiciones de una casa a otra e informar al juzgado de los incumplimientos que se han forzado en el régimen normal de visitas. Puede ser necesaria la amenaza de sanciones contra el padre alienador a fin de asegurar el cumplimiento del régimen de visitas ordenado. Si fracasa la implantación de medidas legales y de intervenciones terapéuticas en el caso de PAS moderado, el niño puede quedar bajo riesgo de desarrollar un PAS agudo. En algunos casos moderados, cuando han fracasado las medidas terapéuticas legalmente ordenadas y también las sanciones, Gardner afirma que puede ser necesario considerar seriamente el transferir al custodia al progenitor supuestamente odiado, asumiendo que el progenitor es adecuado. En ciertas ocasiones, esa es la única esperanza de proteger al niño de la progresión hacia el grado agudo del síndrome.
El niño que sufre un caso de PAS agudo es un fanático en su odio por el padre objeto. El niño puede rehusar las visitas, formular de motu propio falsas acusaciones de abuso sexual o amenazar con huir, con el suicidio o con el homicidio si se le obliga a ver a su padre. La madre y el hijo tienen un vínculo patológico, a menudo basado en fantasías paranoides sobre el padre, a veces hasta el punto de ser una locura a dos. En los casos agudos de PAS, Gardner descubrió que si se deja al niño permanecer con la madre, la relación con el padre está condenada y el niño desarrollará una psicopatología de larga duración, e incluso una paranoia. Asumiendo la idoneidad del padre objeto, Gardner está convencido de que el único remedio efectivo en los casos de PAS agudo es dar la custodia al progenitor alienado. En 1992 sugirió que los tribunales debieran ser más receptivos al cambio de custodia empleando un periodo transitorio con apoyo terapéutico para el niño, tal como una hospitalización, recurso este empleado profesionalmente por la autora de este artículo y su marido (ver caso en la segunda parte del mismo).

La concepción inicial de Gardner sobre el PAS se basaba en la obsesión del niño por denigrar al padre objeto. No fué sino dos años más tarde, cuando publicó su primer libro sobre el PAS, que vinculó el problema del síndrome con el de las acusaciones falsas de abuso sexual. Gardner opta por la idea de que tales acusaciones son una derivación del PAS, y observa que a menudo emergen cuando cualesquiera otros esfuerzos de excluir al progenitor objeto han fracasado. Parte de la literatura mencionada más adelante indica, no obstante, que las falsas acusaciones de abuso pueden aflorar incluso con anterioridad a la separación matrimonial, síntomas de una patología psiquiátrica previa del padre alienante que puede no diagnosticarse sino con el subsiguiente deterioro mental posterior al divorcio. Gardner fue de los primeros en reconocer que involucrar a un niño en falsas acusaciones de abuso, es una forma de abuso en sí mismo y un indicador de problemas graves en el sistema legal del divorcio. En la misma medida en que el PAS con acusaciones falsas de abuso puede redundar en la destrucción permantente de la relación del hijo con el padre alienado, puede ser incluso más dañino para el niño que si el abuso alegado hubiera realmente acontecido.

Psicóloga Forense Dra. Deirdre Conway Rand
Periódico Americano de Psicologia forense, volumen 15 numero 3, 1997

viernes, 24 de enero de 2014

Niños de padres divorciados: Cómo evitar que les afecte tanto.

Consejos para que los hijos aprendan a superar el divorcio de sus padres sin traumas


6 de cada 10 niños en el psicólogo acuden por traumas del divorcio. ¿Cómo ayudar a que esteproceso sea menos doloroso para los pequeños? Expertos explican las principales causas del divorcio ycómo ayudar a los niños a sobrellevarlo.

¿Por qué se divorcian las parejas?

Según una encuesta del CEEPI, los principales motivos de separación entre parejas menores de 43 años son:
  • 36% Incompatibilidad - desamor o que un integrante de la pareja creció desde el punto de vista profesional (económico) y el otro no.
  • 20% por violencia.
  • 20% por infidelidad.
  • 16% porque alguno de los dos padece adicciones.
  • 8% por apatía (principalmente de lado de los hombres).


Consecuencias psicológicas del divorcio en los niños

Los niños menores de 12 años sufren ante el divorcio cosnecuencias, según datos de la clínica del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
  • Depresión.
  • Inmadurez.
  • Bajo aprovechamiento escolar.
  • Conflictos con la autoridad.
  • Manipulación.
  • Lesiones a nivel emocional.


¿Cómo ayudar a los niños de padres divorciados?

Las recomendaciones para hablar de divorcio con los niños, depende de la edad de los hijos y de su personalidad. Sin embargo, estos son los mejores consejos generales del libro Y los niños... ¿qué?: cómo guiar a los hijos antes, durante y después del divorcio.

Antes del divorcio
  • Destina un momento específico donde ambos padres hablen con los pequeños.
  • No temas mostrarte abierta y dejar ver tu tristeza. Mantener un rostro congelado y tenso bloquea los sentimientos.
  • Asegúrate de explicar que cuando se casaron se amaban mucho, querían formar una familia y esperaban estar juntos para siempre. Pero que hay diferencias que los separan. Diles que ambos se esforzaron durante mucho tiempo y por eso están tristes de que no haya funcionado.
  • Aclárales que lo que ellos hacen o no hacen no tiene nada que ver con el divorcio.
  • Dales tiempo para que reflexionen y aclaren sus dudas.


Durante el divorcio
    Niños de padres divorciados: Cómo evitar que les afecte tanto
  • No culpes a tu pareja delante de los niños.
  • Asegúrate de darles el tiempo y cuidados necesarios.
  • No compitas por el cariño de tus hijos con tu pareja.
  • Lo mejor es buscar asesoría psicológica especializada para toda la familia.

Después del divorcio
  • Hablen sobre el tema. No conviertas la separación ni a su papá, en temas prohibidos o intocables.
  • Continúen un tratamiento psicológico. Lo ideal es que lo hagan todos los miembros de la familia.
  • Jamás cierres la puerta de la comunicación con tus hijos.




jueves, 23 de enero de 2014

De casa de mamá a la de papá

En vacaciones, los padres separados aprovechan para estrechar lazos con sus hijos. No obstante, los especialistas aconsejan mantener el vínculo durante todo el año para evitar malas experiencias.

Cada verano o periodo vacacional, la historia se repite. Un mes con papá, y otro con mamá. Suele ser lo habitual en caso de divorcio cuando llegan las vacaciones. Pero no tiene por qué ser más difícil. Simplemente, diferente. Ahí está Jaime de Marichalar, que hace unos días se le veía la mar de feliz con sus hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, de visita en la Alhambra y de descanso en Marbella. Como él, muchos padres aprovechan el verano para acercarse más a sus hijos, a los que, el resto del año, apenas ven dos o tres días a la semana. «Es una buena época para compartir más tiempo juntos y mejorar la comunicación entre ambos, pero no tiene que ser algo excepcional», considera la psicóloga Isabel Menéndez, a favor del contacto permanente, no sólo en verano. Esto evitará el caos.

«Las vacaciones no deben ser un problema si todo va bien. Si los padres tienen una buena relación hay menos posibilidades de que el que no vive con el niño se estrese y el pequeño se desborde», aconseja la psicoterapeuta de familia y directora del gabinete Personal y Mente, Charo Lobato, para quien la falta de comunicación y las malas relaciones a lo que lleva es a que padre e hijo se conviertan en extraños. «No se debe quedar en un mes, porque eso crea unas ilusiones y un apego traumático», añade.

Según su experiencia, Antonio Manuel Sánchez puede atestiguar que la mayoría de los progenitores trata de no perder el vínculo. «Intentan pedir las vacaciones en sus empresas de forma que coincidan con las de sus hijos», asegura este comercial miembro de la Asociación de Padres de Familia de Málaga. Él se separó en 2005, y nunca ha querido perder el contacto con su hijo desde entonces. «Si no podía verlo, lo llamaba por teléfono», recuerda. Ahora, el niño tiene nueve años y vive con él en custodia compartida. ¿El verano? «No hace falta gastar mucho ni ir a Eurodisney», dice. Con ver una película, jugar juntos o ir a la playa «también podemos divertirnos mucho».

No obstante, como indica Carlos Ferrís, responsable del portal www.viajarenfamilia.net, «existen ofertas para familias monoparentales no solo por el tipo de habitación sino por las actividades en las que se fomenta el contacto de padres». Al fin y al cabo, de lo que se trata es de que los chavales no echen de menos a ninguno de los progenitores, estén donde estén. «Un hijo no se debe quedar huérfano porque los padres se separen», advierte Lobato. No en vano, como añade la psicoterapeuta, «la separación la tienen que notar los padres, no los hijos».

Sólo informarles.

Por eso conviene no prepararles de forma especial cuando llega la hora de cambiar de casa. Según Isabel Menéndez, «más que prepararles viene bien informarles de lo que va a pasar, dónde van a ir, con quién, si van a poder jugar con otros niños, etc.». Si se les advierte demasiado, los más pequeños pueden inquietarse. Otra cosa son los adolescentes, a los que «conviene tener en cuenta», recomienda la psicóloga. A partir de estas edades, lo mejor es respetar sus decisiones y sus preferencias a la hora de distribuir las casas.

Eso sí, siempre sin perder el norte. «Aunque en vacaciones todo es más relajado, siempre son necesarios algunos límites», sostiene Menéndez. Y es que los hijos mimados no son precisamente una especie en extinción. Especialmente, si los padres son divorciados. Y eso que no es nada recomendable. «Consintiéndolos, los padres lo único que hacen es intentar paliar su culpa», considera la psicóloga.

Llega un momento en el que los propios padres se dan cuenta. «No debe estar contigo porque lo estés premiando», apunta Antonio Manuel Sánchez. Ángeles Luque, sin embargo, intenta dejar siempre con buen sabor de boca a sus hijos cuando están con ella. Esta funcionaria malagueña se divorció hace dos años y tiene la custodia compartida de sus dos hijos, de cinco y siete años, por eso no escatima en detalles cuando está con ellos. «Si no, preferirán al padre antes que a mí», asegura Luque, que el pasado verano disfrutó unos días con los pequeños y su familia en Cabo de Gata y éste ha sido el primero que se ha marchado sola con ellos. Hace un par de semanas, estuvieron juntos en un complejo turístico de Valencia. «Tuvimos que coger avión y todo, pero ha merecido la pena», comenta esta madre malagueña, que ahora tiene otra pareja.

No es el caso de Luque, pero a menudo ocurre que los hijos se resisten a ir con alguno de los cónyuges porque no les gusta su nuevo compañero/a sentimental. «En lugar de pelearse con él, conviene armarse de paciencia y mostrarle al niño que, pase lo que pase, en ningún momento será rechazado», propone Menéndez.

Visita incluida

Por eso, es importante no perder el vínculo. Incluso, durante el tiempo que comparte el niño con uno de los progenitores, no sería mala opción que el otro le hiciera algún día una visita. «Siempre hay que pensar en los hijos, y no diseñar las vacaciones para comodidad de los padres», sostiene Lobato. Lo que suele ocurrir es que la madre -que generalmente se queda con la custodia- no delega. «Hay que olvidarse de los rencores y dejarle sitio al otro, separando la relación de pareja de la paternal o maternal», añade.


Una de las claves es que los padres se respalden mutuamente. «Deberían mantener una relación cordial que les permita ponerse de acuerdo a la hora de imponer unas normas de educación uniformes; los niños pueden aprovecharse de esas confusiones», puntualiza Lobato. Así, lo ideal sería que ambos estuvieran al tanto de todo lo que concierne a los hijos: si tiene que hacer deberes, si no quiere comer, si últimamente se orina en la cama...

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL.- “En una separación debemos dar seguridad a los hijos”

Síndrome de Alienación Parental. El psicólogo, pedagogo y escritor Bernabé Tierno defendió hoy en León la necesidad de informar y dar seguridad a los hijos para evitar suscitar sentimientos que conlleven al desarrollo de un Síndrome de Alienación Parental (SAP). Lo hizo en su intervención en el I Congreso Internacional sobre esta cuestión, así como de custodia compartida, una cita que ha sido declarada de interés sanitario por la Junta de Castilla y León, y que se celebra en el centro cívico ‘León Oeste’ de la capital.

“Estamos llenos de miedos, y cuanta más seguridad le demos al niño, mejor vivirá”, apuntó Tierno durante su exposición sobre la influencia del síndrome en las diferentes etapas evolutivas y su implicación en el desarrollo escolar. Asimismo, apuntó la necesidad de proporcionar información a los más pequeños, porque “informar es formar”, y recordó que muchos hijos se culpan pensando que su conducta o malos resultados en la vida escolar son la causa de la separación de sus padres, lo que les produce ansiedad. Precisamente, el presidente de la Asociación de afectados del SAP, Francisco José Fernández Cabanillas, apuntó que este trastorno mental tiene sus escuelas en la vida adulta de los hijos. “Está demostrado que estos niños que crecen en estas circunstancias acaban reproduciendo lo que vivieron en sus relaciones matrimoniales”.

Este fenómeno tiene diferentes grados, leve, moderado o severo (cuando el niño no tiene comunicación con alguna de las dos partes, paterna o materna), y aseguró que al año se dan más de 365 casos “como mínimo” ya que su asociación recibe alrededor de una llamada diaria de un caso severo. “Es un grave problema de salud pública”.

En las jornadas, que contarán además con una cena institucional, participan un centenar de personas y a él acudirán profesionales nacionales e internacionales, entre ellos, psicólogos, trabajadores sociales, profesores de universidad expertos en la materia o abogados de familia. Entre otros, tomarán parte en las conferencias y coloquios preparados para la ocasión el abogado Marcos García Montes; Michael Bone, procedente de Estados Unidos y discípulo directo de Richard Gardner, el precursor del SAP; el destacado especialista alemán Wilfird Von Boch; o el juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias ejemplares.



Una madre pide al juez que obligue a su ex pareja a criar a sus hijos.

Un juez de Alicante deberá pronunciarse sobre la petición de una mujer que reclama que involucre a su ex pareja en la educación y crianza de sus hijos después del divorcio, según confirmaron a este diario fuentes judiciales. Normalmente, son los padres los que piden que se adopte esta medida, ya que en un 97% de los casos los jueces otorgan la guarda y custodia de los hijos a la madre. Las asociaciones defensoras de la custodia compartida señalaron que se trata de la primera vez que en España se hace una solicitud de este tipo por la vía judicial, motivo por el que este caso ha levantado una gran expectación dado que puede crear jurisprudencia.

La primera vista por esta demanda se celebró ayer en uno de los juzgados de Familia de Alicante sin que se alcanzara ningún acuerdo entre las dos partes. En la actualidad, la custodia de los dos niños, de tres y diez años, está otorgada a la madre y cada dos fines de semana viven con su padre. Veinte meses después del divorcio, la madre se ha encontrado con que sus obligaciones laborales le impiden pasar el tiempo suficiente con sus hijos. "Dos días a la semana tengo que ir a Elda a trabajar por la tarde, además de mi trabajo en la Universidad de Alicante. No los veo casi", señala M. M. H. Por eso quiere que su padre se implique en la educación de los hijos y se reparta la responsabilidad con ella al cincuenta por ciento, "no los cuatro días al mes que pasa con ellos". La mujer considera que "él es un buen padre" y les educó en muchas cosas en el tiempo que pasó con ellos. "Por eso pido que comparta esa responsabilidad, ya que para eso confío plenamente en él", explicó.

El padre, por su parte, alega que no puede hacerse cargo de los dos niños por su trabajo de comercial, que le obliga a estar continuamente de viaje a lo largo de la semana por distintas localidades de la provincia. Ésta es la razón por la que ayer no fue posible un acuerdo entre la pareja. El juez ha encargado que se haga un informe psiquiátrico sobre los dos progenitores, para poder tomar una decisión. La pareja ha vuelto a ser citada por el juzgado para el mes de noviembre para celebrar una nueva vista.

La "Asociación de Padres y Madres Separados de la Comunidad Valenciana. Custodia Compartida Ya" señaló que este caso puede crear un claro precedente. "¿Obligarán a M. M. H. a tener sus hijos ella sola? ¿Será una sentencia machista, feminista o igualitaria? ¿O se tendrán que llevar el fiscal y el juez los niños a su casa?", se pregunta el colectivo en un comunicado.

Las fuentes judiciales consultadas por este diario señalaron que los jueces dictan la custodia compartida cuando hay acuerdo entre las dos partes. "Si una de las dos partes no está de acuerdo, es muy difícil que la medida se acabe llevando a la práctica", explicaron. 

La custodia compartida supone que los dos progenitores comparten al cincuenta por ciento sus responsabilidades con los menores. En algunos casos, los niños van a la casa del padre o la madre según el periodo que toque. Sin embargo, cada vez es más frecuente que el menor se quede en la casa y sean el padre o la madre quienes se queden allí con él durante su turno.



miércoles, 22 de enero de 2014

Como reaccionar si te encuentras con tu ex.

Diez consejos para que el encuentro no se convierta en una pesadilla


Se trata de esas situaciones que a veces no se saben manejar. Encontrarse por casualidad, de repente, con una ex pareja puede llegar a ser un trago o, por lo menos, una situación incómoda que no sabemos gestionar. Haya terminado bien, o no, la relación, toparse con un ex puede resultar muy comprometido. «Hay que saber medir las distancias y el lugar que ocupa cada uno en ese momento», explica Mila Cahue, psicóloga de pareja del Centro de Psicología Álava Reyes.

Quizás sea la última persona que quieres ver en el mundo, o quizás te alegres, o le eches incluso de menos. Para que ese encontronazo fortuito te deje mejor sabor de boca, lo más importante es «saber terminar con una buena conversación y con todo cerrado para que en futuros encuentros no quepa el reproche». He aquí los diez consejos de Mila Cahue para salvar con cordialidad y educación una situación que puede resultar muy molesta:

Cómo reaccionar si te encuentras con tu ex1. Si tu ex te esquiva el saludo se pueden hacer dos cosas: o asumirlo y respetar su decisión, o elegir forzar el saludo bajo nuestra responsabilidad. En este caso «tenemos que llevar preparado qué decir después del típico "hola" —advierte Mila Cahue—; estar preparados para que no se prolongue la conversación, y saber detectar y terminar de forma oportuna y elegantemente».
Puede ocurrir que tu ex no deje de reprocharte cosas, y sea imposible tener una amistad o una conversación con él o con ella. En este caso, la psicóloga aconseja que «no saludarse puede ser una alternativa aceptable si se sabe que el otro no se va a mantener en los límites que corresponden».

2. Los temas pendiente con la ex pareja no se solucionan en estos encuentros casuales. Si algo quedó pendiente es mejor quedar expresamente para hablar de ello.

3. Saludarse con cierto grado de cordialidad.

4. Despedirse cuanto antes, si una de las dos partes no quiere alargar la conversación.

5. Conviene que la conversación sea corta, sobre todo si se percibe que uno de los dos está incómodo. Si la relación es buena se puede prolongar un poco más.

6. Contar nuestra vida y entrar en detalle puede sobrar. No lleva a ningún sitio. Cada persona debe determinar hasta dónde quiere contar. Los ex ya no forman parte de ciertos territorios de la intimidad afectiva. Hay que plantearse cuánto, por qué y para qué queremos relatar ciertas cosas. Y, sobre todo, no sentirnos obligados a hacerlo. Probablemente también existirán acontecimientos que no queremos conocer o que ya no nos interesan.

7. Se puede hablar con naturalidad, pero siendo consciente de que un o una ex forman parte del pasado. Por tanto, hay preguntas y gestos de cuando eráis pareja no se corresponden con el momento que se está viviendo. Hay que intentar evitarlos.

8. Rememorar viejos tiempos tampoco es buena idea. Lo mejor es centrarse en el presente. «Hablar de intimidades del pasado puede dar la falsa impresión de que esas intimidades pueden trasladarse al presente. Y si hay parejas en la actualidad, por respeto hacia ellas, es mejor que el pasado se quede donde está», aconseja Cahue.

9. Si en el encuentro está con otra pareja, nunca hay que perder las buenas normas de educación y «uno debe saber cuál es el lugar que ocupa en ese momento, y definitivamente ya no es el de pareja», aclara la psicóloga. Se saluda con amistad pero nunca sobrepasando un límite que pudiera incomodar a esa pareja nueva.

10. Si soy yo quien está con otra persona... Cada uno determinará cómo presenta a la persona con la que esté. Si se trata de una pareja consolidada, «no hay ningún inconveniente en presentarla como corresponde: la persona que en la actualidad ocupa nuestra intimidad afectiva», asesora Cahue. «Nunca hay que humillar a la pareja actual dejándola en un segundo plano por lo que pueda pensar alguien que, afectivamente, forma parte del pasado».