El síndrome de alienación parental (S.A.P) es un término que el
profesor de psiquiatría Richard
Gardner acuñó en 1985 para
referirse a lo que él describe como un desorden psicopatológico en el cual un
niño, de forma permanente, denigra e insulta sin justificación alguna a uno de
sus progenitores, generalmente, pero no exclusivamente, el padre. Sin embargo,
dentro de la comunidad académica el síndrome de alienación parental (SAP)
carece de consenso científico por no reunir los criterios
metodológicos científicos necesarios para ser aceptado y por eso se lo
considera pseudocientífico.
El
SAP ha sido rechazado como entidad clínica por las dos instituciones más
reconocidas en el mundo en términos de salud y trastornos mentales: la Organización Mundial de la Salud y la Asociación
Americana de Psicología. Es por eso que no aparece en las listas de trastornos
patológicos de ningún manual, ni en el CIE-10 de la (OMS) ni en el DSM-IV publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría.
El SAP cuenta con el apoyo de grupos de padres que han sido
alejados de sus hijos por causas judiciales, por los abogados que los defienden
en casos de divorcio y utilizan el SAP como defensa y, por un grupo de
profesionales que trabajan como peritos de parte en estos casos frente a los
juzgados. Gardner trabajaba como perito en casos de divorcios conflictivos o
destructivos y con el término SAP se refirió al proceso por el cual según él un
progenitor, generalmente la madre, mediante distintas estrategias, realizaría
una especie de «lavado de cerebro» para transformar la conciencia de sus hijos
con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro
progenitor, hasta hacerla contradictoria con lo que debería esperarse de su
condición amorosa.
Según
sus defensores, el diagnóstico del SAP no puede ser separado de su aplicación
final.
El
objetivo pragmático es doble: conseguir el cambio de custodia y modificar a
través del tratamiento la conducta del progenitor y de los niños que son
diagnosticados.
Por
otra parte, la Asociación
Americana de Psiquiatría confirmó
que, a pesar del pedido de algunos grupos, no incluirá el SAP en su
actualización del DSM V porque no lo reconoce como síndrome.
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