lunes, 11 de noviembre de 2013

Un padre es capaz de dar la vida por sus hijos.

Leo en la versión digital del domingo un periódico nacional una noticia que me llama mucho la atención :” Secuestro por encargo de hijos de padres peleados”. Ahí es nada….
He llevado bastantes divorcios y siempre intentando que fuese un mutuo acuerdo.
Todavía recuerdo algunas de las caras de sorprendidos de mis clientes cuando les miraba y les decía. – ¿Así que tenéis hijos? ¿menores? Pues que sepáis que a partir de ahora voy a ser la abogada de vuestros hijos, que además de no tener la culpa de nada, van a pagar todos los platos rotos sin tener ni voz ni voto-
Los clientes me miraban como si me hubiese vuelto loca y yo seguía – Porque llegará un día en que como no te ha pagado la pensión de un mes o dos decidirás que no ve a los niños- y la madre se quedaba callada, porque al principio de ejercer la custodia era salvo contadas excepciones para la madre.
–Y a ti te llegará el momento en que por lo que sea no te va a venir bien pagar un mes, no dirás nada pero no pagarás, o no te vendrá bien pagar los libros, o la ropa, o vete tu a saber qué, porque a fin de cuentas solo los ves cuatro días al mes y tus hijos empiezan a ser unos desconocidos…- Porque muchos no entendían que en el convenio se pactaba un régimen de visitas para el caso de que los padres no se pusiesen de acuerdo, pero si había acuerdo entre los padres, el convenio no había ni que mirarlo.
Los progenitores, porque en esos momentos ya no era ni de lejos entre ellos marido y mujer se miraban el uno al otro y yo seguía. En esto aún recuerdo a un amigo que cuando se separó de hecho me hablaba de “mi mujer” y ya con cierta práctica le dije: – ¿por qué no la llamas la madre de mis hijos- a lo que con mucha convicción me respondió: ¡Siempre será mi mujer!, su mujer con el tiempo paso a ser la loca, esa cosa, luego la víbora, y luego algunas denominaciones, hasta el día de hoy, que no son para publicar…
Pero volviendo al tema de los niños, como he dicho antes, continuaba con –Además tened en cuenta que aquí no os vais a divorciar solo vosotros, sino también las familias, los vecinos y los amigos, todos van a opinar libremente- cuantas veces nos hemos oído los abogados eso de “es que mi sobrino también es abogado” y el pobre sobrino estaba con una asignatura pendiente de quinto de Derecho o con la carrera recién acabada, u opositando a notarías y no había redactado un convenio de separación regulando lo establecido en el artículo 90 del código civil en su vida.
-Además como vuestros hijos sean un poco listos, la final os van a acabar toreando a los dos y va a ser muy difícil educarles – Muchos niños y sobre todo los adolescentes lo que no son eran ni son es tontos, aunque a veces se lo hagan, y al final acaban sacando provecho de la situación en su propio beneficio, porque ya se lo comentan todo en el cole y comparan con sus compañeros, que lo de padres divorciados es más que habitual.
Luego vino lo de la custodia compartida, que en principio tenía que ser de mutuo acuerdo, a los redactores de la ley, les hubiese pedido yo que me explicasen cómo se ponían de acuerdo a dos personas que estaban en un proceso traumático con múltiples influencias, raramente positivas para con el otro, a su alrededor, a veces incluso del compañero abogado que llevaba al otro, menos mal que ha aparecido lo de la mediación, pero que conste que lo de la custodia compartida y las actuaciones de algunos compañeros es tema de otro día.
El ultimo caso curioso que me pasó con esto de los niños fue el de una inglesa, que me abordó un día por la calle, tras salir del despacho de un compañero, y no sé cómo acabé yendo a una reunión que tenía con su futuro ex-marido al día siguiente en el Marriot, probablemente porque hablo inglés fluido y se de Derecho. Cuando llegué ambos habían venido con un acompañante para que no hubiese problemas y si testigos, que los ingleses para algunas cosas son muy civilizados.
Le expliqué al marido, lo que he expuesto anteriormente, empezando con –vengo a representar a vuestro hijo que no tiene culpa de nada y pagará el pato de todo- tras la explicación de lo que había visto en el ejercicio de mi profesión con los niños en los divorcios les miré a los cuatro y les dije. -¿Sois todos padres?- a lo que asintieron, -¿Puedo haceros una pregunta?, ¿Cómo es que siempre he oído que un padre es capaz de dar la vida por su hijo pero nunca he visto que unos padres se ponga de acuerdo a la hora de regular las relaciones respecto a sus hijos en un divorcio? ¿Alguno de vosotros puede explicármelo? Porque yo no tengo hijos y tal vez por eso no consigo entenderlo- Silencio sepulcral de los cuatro y lágrimas en los ojos de los futuros divorciados…..
La señora había quedado en pasar por mi despacho a pagarme al menos el desplazamiento y la mañana que perdí, no la he vuelto a ver, probablemente tenía una deuda con alguno de ellos de otra vida que supongo ya saldada.
Y si todo esto es así de complicado cuando todos los que intervienen son de la misma nacionalidad y la cosa va con relativa rapidez si hay suerte con el juzgado en el que cae, a esa tensa y traumática situación hay que sumarle la maquina burocrática de ley y la justicia, que cuando ha de aplicarse a nivel internacional, con traducciones juradas, Apostillas de La Haya o asimilados y Comisiones Rogatorias, es ya para que a uno se le ponga los pelos no blancos si no verdes de la desesperación, empiezo a entender que algunos progenitores se lo tiren todo a la espalda y actuen ante a una situación estancada, aunque no lo comparta, ni como persona y menos aun como abogado, lo que no sé si les queda claro a ambos progenitores es el trauma que tendrán sus hijos de por vida cuando sus padres no se ponen de acuerdo, así que sigo sin entender la famosa frase de que “un padre es capaz de dar la vida por sus hijos” porque siempre pensaba que eso era un acto de generosidad, no de egoísmo.

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