Víctimas
de la misogina, del machismo recalcitrante, del odio a la igualdad, de la
justicia injusta, de los políticos ciegos…de los periodistas que no hacen
su trabajo. Muchas mujeres maltratadas están perdiendo la custodia de sus hijos
por culpa de un síndrome que no existe, el llamado SAP, síndrome de alienación
paternal, que no reconoce ninguna instancia ni organización médica, que
se inventó un maltratador norteamericano como una nueva manera de amenazar y de
intimidar a las madres para que renuncien a denunciar el maltrato, o para que
no se separen, con la amenaza de que si lo hacen pueden perder a sus hijos.

Este
fin de semana una veintena de mujeres víctimas de malos tratos se han encerrado
en un local de Izquierda Unida para denunciar que les han quitado la custodia
de sus hijos para entregársela a los maltratadores como consecuencia de que los
jueces, los fiscales, los peritos, están aplicando el llamado SAP.
Detrás de este síndrome no hay más que una nueva
estrategia antifeminista y no hay que ser muy listo para darse cuenta. Lo
que es indignante es que pueda ocurrir impunemente y que no se haya prohibido
ya su uso en los tribunales. Es como si para condenar a alguien se usara la
astrología, más o menos lo mismo. Pero se usa y se quita la custodia a las
madres basándose en eso, y se entrega la custodia a maltratadores. Por cierto
que según los estudios, el SAP se usa contra las madres, pero no contra los
padres, lo cual no es sorprendente habida cuenta de que se inventó para
utilizarse contra las mujeres.
Yo soy hija de padres separados y cuando mis padres se separaron hace muchísimos años, más de cuarenta, los jueces no escuchaban a los hijos, que no teníamos nada que decir sobre con quién queríamos vivir y en qué condiciones; éramos como muebles sin opinión. Como es lógico la democracia y el divorcio impusieron la obligación de que niños y niñas fuesen escuchados antes de tomar decisiones en las que son sus vidas las que están en juego. Pero cuando las leyes y la sociedad comienzan a acorralar a los maltratadores, entonces lo que digan los niños, si es en contra del maltratador, deja de escucharse y se atribuyen sus palabras a la pérfida, siempre pérfida, madre.
Y
se sigue pensando y sosteniendo que un maltratador puede ser un buen padre,
como si ambas cosas no fueran absolutamente incompatibles. Así que si un
niño o niña ve como su padre maltrata, insulta, humilla a su madre y como
consecuencia de esto no quiere verle ni en pintura, el juez, los fiscales
y peritos, en lugar de tratar proteger a ese niño del maltrato paterno
achacan su rechazo a la madre, de la que dicen que le ha lavado el
cerebro. Como consecuencia ésta pierde la custodia de sus hijos y si se
niega a entregar a su hijo al maltratador, entonces va a la cárcel. ¿Se han
creído que es tan fácil para un niño o niña mentir a un abogado, a un perito
psicólogo, a un juez? ¿Se han vuelto locos? No, locos no. Aquí no hay ningún
loco.
Lo
que ocurre es que el único síndrome que existe es el del rey amenazado que
padecen muchos hombres y muchos maridos. Un síndrome muy peligroso para las
mujeres, porque les vuelve locos de rabia. Este síndrome se distribuye
igualitariamente entre camareros y jueces, psicólogos y policías, médicos y
fontaneros; no entiende de clases ni de estudios, sólo entiende de género.
Todos ellos necesitan urgentemente terapia y las demás necesitamos urgentemente
leyes que nos protejan de todos ellos, de los que maltratan de hecho, de los
que maltratan de palabra, de los que maltratan por omisión.
Publicado
en El Plural
Fuente:
http://beatrizgimeno.es/2011/01/25/victimas-del-sap/
No hay comentarios:
Publicar un comentario